Con lo justo

Jornada de sorpresas en la Copa del Rey. El día anterior veíamos como caía el Real Madrid ante un equipo pequeño como el Real Unión de Irún. Hoy, también era eliminado sorprendentemente el Villarreal a manos del Poli Ejido. El Barcelona jugó este partido de vuelta al filo de la navaja. Afortunadamente, no emuló a sus perseguidores ligueros.

FC Barcelona contra Benidorm (1-0)

Cuando veas las barbas de tu vecino arder... Parece que esto fue lo que pensó Pep Guardiola luego de ver cómo el Real Madrid quedaba eliminado de la Copa del Rey en dieciseisavos de final ante el Real Unión. Así que el entrenador catalán no quiso improvisar y sacó al terreno una alineación inédita, pero exclusivamente con jugadores del primer equipo. Sin embargo, el Benidorm llegó al Camp Nou con ganas de estropearle la clasificación al todopoderoso Barcelona. Y casi lo consiguen, pues en la primera parte las ocasiones más claras fueron las del equipo alicantino. En cambio, se veía a los azulgrana faltos de ideas y sin poder controlar el medio del campo. Al parecer se echaba de menos la conducción de Xavi que permanecía en el banquillo junto a Samuel Eto'o. El Barça pasaba apuros y parecía una caricatura del equipo demoledor que hemos visto en Liga.

A pesar de todo, en la segunda parte las cosas mejoraron para los culés y se vieron jugadas de peligro que tuvieron como principal protagonista a Leo Messi. El argentino, como siempre, trató de conseguir el gol de la tranquilidad, pues si los visitantes marcaban se irían al alargue. Pero pasaban los minutos y en el marcador seguía el 0-0. El Benidorm no había aprovechado sus oportunidades de la mano de los Ruano, Chupe, Castell y Flavio y cuando ya el partido entraba en los compases finales, Bojan provocaba un penalti. El encargado de cobrarlo era Messi, pero el crack rosarino ejecutaba mal y Caballero, de gran actuación durante el partido, se lo detuvo; sin embargo, dio el rebote y el "Pulga" -atento- logró aprovechar el despiste y remató en la propia línea de gol.

Sería el 1-0 y ya los seguidores culés podían respirar tranquilos. No se jugó bien, es cierto, pero el conjunto blaugrana sigue adelante y espera el sorteo del viernes para saber su próximo rival en los octavos de final de la Copa del Rey. A seguir trabajando.